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miércoles, 29 de abril de 2015

EL RARO DINOSAURIO DESCUBIERTO POR UN NIÑO DE 7 AÑOS EN CHILE

Un niño chileno de siete años halló en 2004 un fósil. Hoy los científicos anuncian un nuevo tipo de dinosaurio que desafía la idea de que todos los del Período Jurásico comían carne.
Denominado Chilesaurus diegosuarezi, ha sorprendido a los paleontólogos por su extraña anatomía. El animal, descubierto al sur de Chile en la localidad de Aysén, se ha identificado como una especie primitiva de terópodo que, excepcionalmente, era herbívoro. Su nombre hace referencia a su procedencia geográfica y a Diego Suárez, quien el primer hueso.
“Hemos hallado numerosos esqueletos, muchos de ellos bastante completos, de un nuevo dinosaurio herbívoro del tamaño de un caballo pequeño. Sus restos fueron descubiertos al sur de la Patagonia chilena, en rocas formadas hace unos 145 millones de años”, explica Fernando Novas, autor principal del estudio en el Museo Argentino de Ciencias Naturales B. Rivadavia en Buenos Aires.
Chilesaurus es uno de los dinosaurios más extraños descubierto hasta ahora. Pertenece al linaje de los terópodos, grupo que incluye a los famosos carnívoros como Velociraptor, Carnotaurus y Tyrannosaurus. Sin embargo, este ejemplar tiene el cráneo pequeño, un pico córneo y los dientes en forma de espátula. Estas características revelan que Chilesaurus poseía una dieta completamente herbívora.
“Sus brazos eran robustos, pero las manos solo poseían dos dedos bastante cortos que terminaban en garras ligeramente curvas, por lo que no usaba sus manos para capturar animales. Podría describirse a este dinosaurio como un puma con cabeza de guanaco y manos atrofiadas como las de un T.rex”, añade Novas. Su cadera recuerda a la de los dinosaurios ornitisquios, de hábitos estrictamente herbívoros, y los pies -anchos y provistos de cuatro dedos- son muy similares a los dinosaurios más primitivos conocidos.
Un linaje hasta ahora desconocido
Chilesaurus no pertenece a ninguno de los grupos de dinosaurios terópodos previamente descritos, sino que constituye el primer representante de un linaje hasta ahora desconocido para la ciencia. “Es un verdadero ‘rompecabezas evolutivo’ que causará revuelo entre los especialistas”, enfatiza Novas. “Hemos descubierto más de una decena de especímenes muy completos y articulados -apunta el experto-, por lo que no hay duda de que combinaba toda esta serie de rasgos”.
Además, es el primer dinosaurio del período Jurásico conocido hasta el momento en Chile, y representa a uno de dinosaurios terópodo mejor documentados del hemisferio sur. Si bien ya se conocían en América del Norte y Asia dinosaurios terópodos de hábitos herbívoros, esta es la primera vez que se registran en este hemisferio.
“La gran cantidad de restos revela que era uno de los habitantes más comunes del sector sur de la Patagonia en este período. Su descubrimiento revela que la historia de los dinosaurios fue mucho más compleja de lo que imaginábamos. No hay registros a escala mundial de que el Chilesaurus haya tenido algún pariente cercano, y menos aún, algún descendiente. Nuestro objetivo inmediato será al menos intentar desvelar cuáles fueron sus antepasados, algo que tendremos que buscar en rocas más antiguas”, concluye el investigador.
El hallazgo del Chilesaurus se produjo el 4 de febrero de 2004, cuando el matrimonio de geólogos chilenos, Manuel Suarez y Rita de la Cruz, exploraba los Andes que rodean al Lago General Carrera (Chile). Su objetivo era estudiar las rocas que conforman esta región de la Patagonia a fin de comprender cómo habían surgido los Andes del sur.
En su recorrido los acompañaban el hijo de ambos, Diego Suárez, la hija mayor de Manuel, Macarena Suárez, y el baqueano Álvaro Saldivia. En los alrededores de un pequeño caserío llamado Mallín Grande, ubicado al sur del lago, Diego recogió huesos de vaca, y los miró y estudió atentamente porque este niño de siete años quería encontrar huesos de dinosaurios.
Fueron a caballo hacia el llamado cerro Negro, con el objetivo de revisar rocas del período Jurásico. Una vez allí, el grupo se separó y los geólogos se fueron a estudiar las rocas mientras que los niños partieron al lado opuesto. Esa misma tarde, Diego encontró unos fragmentos extraños que enseñó a su hermana. Cuando Manuel y Rita se reencontraron con sus hijos, miraron incrédulos los fósiles hallados por su hijo. Se trataba de una pequeña vértebra de escasos centímetros y una pequeña costilla.
Los geólogos inmediatamente comenzaron a buscar más restos donde Diego informó que los había descubierto. Posteriormente, Manuel Suárez contactó con especialistas en reptiles fósiles de Argentina, con una larga experiencia basada en descubrimientos e investigaciones efectuadas al otro lado de los Andes. Así fue como se ha llegado a describir este nuevo terópodo que han bautizado Chilesaurus diegosuarezi, en honor a su joven descubridor.

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