Los pestaneos que nos hacen recordar
El pestaneo es, probablemente, el mecanismo involuntario que más realizamos junto a la respiración. Guiñamos los párpados entre diez y quince veces por minuto, para así hidratar nuestros párpados y evitar su deshidratación. Sin embargo, hay algo mucho más interesante detrás de este efímero gesto.
Investigadores de la Universidad de Tokio han realizado un interesante experimento con dieciocho voluntarios a quienes se les asignaron tres tareas. La primera consistía en observar un capítulo del célebre Mr. Bean; la segunda era escuchar la narración en japonés del primer libro de Harry Potter; y la tercera consistió en observar videos irrelevantes, tales como uno de los paisajes del mar Egeo o sobre peces en un acuario.
Curiosamente, los voluntarios parpadearon más veces en el video de Mr. Bean que en los otros dos, lo cual dio pie a los investigadores para sacar conclusiones.
El video de Mr. Bean tiene una gran diferencia en torno a las otras dos actividades: tiene una historia detrás que seguir (claro que el libro de Harry Potter también, pero ninguno de los voluntarios sabía japonés). Lo que los investigadores japoneses han extraído como conclusión, es que la guiñada es un mecanismo involuntario del cerebro ante situaciones visuales que involucren un seguimiento atento, para así almacenar mejor los sucesos acontecidos en ellas.
De hecho, las guiñadas se realizaban coordinadas, por lo que es posible concluir que en determinados puntos claves de la historia el cerebro necesita almacenar mejor la información.
Y toda esa compleja mecánica en tan sólo 100 milésimas de segundo, que es lo que dura un pestaneo.
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